Mientras en Madrid, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, deshojaba la margarita –hasta hoy–entre Ciudadanos y Podemos para intentar formar el Gobierno del Estado, la vicepresidenta primera del Consell y secretaria general de Podemos en Ibiza, Viviana de Sans, advirtió de que si el socialista decide escorarse hacia el centro, como ha hecho hoy, «sería muy difícil aguantar» el pacto con el PSOE en la isla. De Sans también avisa a sus socios de gobierno de que la protección del suelo rústico y el reparto territorial de la recaudación de la ecotasa son cuestiones irrenunciables.
EUGENIO RODRÍGUEZ | IBIZA -¿Está decepcionada con el resultado de la consulta sobre la carretera?
-No, en absoluto. El resultado de una consulta nunca puede ser decepcionante. Ha salido lo que ha salido, y ningún problema.
-¿Votará a favor con disgusto del proyecto de la carretera?
-A nivel personal, sí, con disgusto. Hubiera preferido un proyecto de menos impacto, pero respeto el resultado. También me hubiera gustado una consulta reglada, con una ley que no tenemos. Es lo que ha salido, claramente, y votaré a favor del proyecto como consellera porque me toca hacerlo.
-Para alcanzar una conclusión que ya habían previsto de antemano, ¿ha valido la pena el desgaste político con un coste además de 11.313 €?
-El coste que supone la democracia o saber la opinión de la ciudadanía no puede ser cuestionable. Es lamentable que se cuestione un coste de 11.000 euros. Es verdad que es dinero, pero es importante saber lo que piensa la gente. Podíamos intuir todos que tendría un gran apoyo. Pero hay que actuar con certezas. El Ayuntamiento de Santa Eulària pidió tres informes en 2012 a una empresa de ingeniería, con un coste de 20.000 y pico euros, sobre propuestas de modificación del proyecto de la carretera. Sabiendo que serían rechazadas, supuso tirar 20.000 euros a la basura. Y si esperaba que fueran aprobados, se habría roto el consenso obtenido hasta ese momento, y se habría tenido que empezar de nuevo la tramitación del proyecto, lo que supondría tres años de retraso. Me gustaría que hubiera algo de sentido común a la hora de hacer demagogia con el gasto.
-¿No tiene la sensación de que se ha tirado el dinero a la basura con la consulta on line, tras gastar 4.346€ y recoger 183 votos?
-No. La sensación de tirar el dinero a la basura no. El objetivo principal de la consulta on line era facilitar una herramienta a los ciudadanos que quisieran expresar su opinión. No había otra forma de hacerlo. Y que este procedimiento fuera absolutamente garantista: tenía que votar gente de Eivissa y cumplirse los requisitos establecidos, respetando además la ley de protección de datos. Había que hallar una empresa que garantizara todo esto. Pedimos tres presupuestos y lo adjudicamos al más barato. Reconozco que la participación ha sido muy baja.
-¿Se volverá a repetir una consulta on line a la vista del resultado tan pobre obtenido?
-Pienso que hay que hacer pedagogía. La ley de procedimiento administrativo ya prevé consultas on line. A partir de octubre del año que viene cualquier ley, reglamento que tenga una incidencia sobre los ciudadanos tendrá que pasar por un proceso de información, participación y consulta on line. Por tanto, este es el futuro.
-¿Piensa que el error fundamental de la consulta ha sido la falta de claridad sobre su alcance debido a las diferencias que ustedes mantenían con el PSOE?
-Sí, probablemente. Hay diferentes sensibilidades y posiciones en según qué temas. Una de las cosas que hemos aprendido de este proceso de consulta y esta controversia es que no hay que tener ningún miedo a manifestar nuestras diferencias. No pasa nada, no es un drama. Ni hay que escandalizarse.
-¿Cuál será la próxima consulta ciudadana?
-No lo sabemos todavía. De momento, tenemos una sobre la mesa acerca del nuevo plan director de residuos. La ley ya prevé este tipo de consultas. En unos años entrará dentro de la normalidad y nos reiremos de cómo se rieron de los que hicieron la primera consulta y obtuvieron solo 183 votos. Quedará como una anécdota porque sin duda este es el futuro.
-¿Se ha empezado a discutir en el equipo de gobierno la reforma del Plan Territorial Insular?
-Estamos trabajando políticamente, no aún los técnicos. Es un tema prioritario. Lo tenemos en el plan de gobierno para 2016.
-Aún no se ha abierto el melón y ya se han puesto de manifiesto las discrepancias con el PSOE sobre el alcance de la reforma urbanística. ¿Tiene que haber crecimiento cero en suelo rústico?
-Nuestro pacto de gobierno dice que la construcción en rústico ha de ser la propia del uso de este tipo de suelo. Es verdad que hay diferencias de matices, probablemente de las más importantes. También pensamos que cuando abordemos el desarrollo técnico del PTI, podemos optar por mirar lo que hacen en Mallorca y Menorca y cómo interpretan lo que se ha de permitir o no en este espacio. Aún estamos acabando de definir políticamente cómo concretamos y plasmamos este punto del programa de gobierno, que para nosotros es muy importante.
-En Menorca no se puede construir en suelo rústico, salvo instalaciones vinculadas a la actividad agraria. ¿Se puede extrapolar este modelo a Ibiza?
-Nosotros entendemos que este es el sentido de nuestro acuerdo. Cuando digo nosotros me refiero al grupo Podem-Guanyem.
-«Evitar la urbanización difusa del suelo rústico. Se tiene que mantener sus características y valores, evitando que sea un espacio de especulación inmobiliaria. En este tipo de suelo solo se permitirán las actividades e instalaciones que le sean propias o aquellas con un evidente interés general». ¿Se refiere a este punto del pacto? ¿Cómo lo traduce para que la gente lo entienda?
-Se traduce en lo que dice. Mantenemos precisamente un debate político sobre cómo plasmar este punto cuando iniciemos la parte técnica de redacción del nuevo PTI. Será cuando podré contestar con exactitud.
-El PSOE ya ha dicho que de crecimiento cero nada y que en suelo rústico se ha de poder edificar.
-Bueno. No pienso que lo hayan dicho en plan de que se puede construir todo lo que uno quiera. El acuerdo de gobierno es bastante claro. Creo que si se pregunta en Mallorca o Menorca cómo interpretan este párrafo, la respuesta sería bastante evidente. Para nosotros también. Defenderemos lo que pone. Al decir crecimiento cero, me refiero a vivienda de nueva planta como las que se aprueban ahora en la Ciotupha y que provoca que algunos nos pongamos las manos sobre la cabeza.
-En 2011 el pacto de izquierdas se rompió precisamente por la falta de acuerdo con el PTI, ¿podría repetirse lo mismo?
-Política ficción.
-¿Pero se trata de un asunto suficientemente importante para que su grupo llegue hasta las últimas consecuencias?
-Absolutamente. Lo que está claro es que tenemos una isla pequeña y que hay que empezar a adoptar medidas importantes de protección. El acuerdo dice lo que dice y para nosotros es muy claro.
-El pacto también prevé consultar a los ciudadanos la reforma del PTI. Si los ciudadanos se posicionan en contra de la nueva normativa territorial, ¿su grupo acatará el resultado?
-Tenemos muy claro que cuando se consulta a los ciudadanos es para conocer su opinión y que estamos aquí para hacer lo que quiere la ciudadanía. Somos muy respetuosos. Legalmente no es vinculante, ni siquiera en la ley de procedimiento administrativo que he comentado. Si el resultado es ajustado la decisión la adopta el político, pero si es evidente, no hay mucho que decidir. Se hace lo que dicen los ciudadanos que para eso se les pregunta.
-¿Habrá ecotasa?
-Pienso que sí. Tiene que ser una ecotasa cuya recaudación retorne en un porcentaje de reparto territorial importante y que se destine realmente a curar las huellas que deja un turismo que está masificado. Se ha de conseguir que las islas que más sufren el turismo a nivel territorial y paisajístico, reciban lo que les corresponda proporcionalmente.
-¿Qué le parece que sea su grupo en el Parlament el que adopte una posición dura para lograr un reparto territorial del tributo en vez del presidente del Consell?
-[Se lo piensa varios segundos mientras se le escapa una sonrisa] Bueno... quizá se lo tendría que preguntar al presidente [se ríe]. Nosotros lo tenemos muy claro. Tuvimos un debate interno muy intenso en Podemos a nivel balear para que se entendiera esta posición de las islas pequeñas. Los mismos parlamentarios de Podemos de Mallorca tienen claro que tiene que ser así y que esta ecotasa debe servir para incidir en positivo sobre las consecuencias del turismo sobre el territorio. Pienso que desde la presidencia del Consell también se tiene claro que se tiene que dar cierto reparto territorial, que Eivissa merece poder invertir el porcentaje del peso turístico que tiene en Balears.
-¿Se llegará hasta las últimas consecuencias? ¿Si no hay reparto territorial de la recaudación Podemos votará en contra de su aprobación?
-Si no se produce una rectificación del actual [proyecto de ley], pues no lo sé. Pienso también en el PI, que también está por la misma labor. Peligra. El Govern balear tiene que ser flexible sobre esta cuestión y escuchar a las islas pequeñas. No es un asunto de partidos, sino una discriminación sangrante que sufrimos las islas pequeñas con respecto a Mallorca y que ya va siendo hora de que alguien diga ya basta, ya basta.
-¿Cree el presidente del Consell debería dar un paso al frente y reclamar públicamente que se tenga en cuenta esta demanda?
-Sí, pienso que sí.
-¿Y lo hará?
-Pienso que sí.
-¿Lo han hablado?
-Sí.
-¿Y qué porcentaje del impuesto se debería invertir en Ibiza?
-Allá delante tiene el pasillo [que conduce al despacho del presidente para preguntarle].
-¿Qué le parece el argumento que esgrime constantemente el PP de que Podemos tiene secuestrado el gobierno del Consell? ¿Su grupo manda más?
-No. Cada grupo tiene sus competencias, está muy repartido. Hay mucho respeto. Dos días a la semana nos reunimos en el despacho del presidente para valorar entre todos lo que se hace en cada conselleria. A mí ya me gusta lo que dice el PP, pero no se ajusta a la realidad. Otra cosa es que nosotros somos muy serios y exigimos que se cumplan las cuestiones que hemos acordado. No somos tibios.
-¿No cree que han hecho un flaco favor a su compañero de gobierno Miguel Vericad al no defender el sacrifico de las cabras de es Vedrà?
-No. La decisión fue del Govern.
-¿Usted comparte las críticas de su partido?
-Absolutamente. A nivel personal estoy convencida de que políticamente no era asumible el sistema que se empleó para sacar las cabras. No sin antes haber abordado, probado y finalmente descartado todas las otras opciones.
-Al no haber una mayoría alternativa, ¿Podemos seguirá gobernando con el PSOE en el Consell pase lo que pase en la negociación y formación del nuevo Gobierno de España? ¿Puede haber consecuencias en Ibiza? –La entrevista se publicó el pasado domingo antes de que se hiciera público el pacto de gobierno–.
-Yo creo que sí puede haber consecuencias.
-¿Hasta qué punto?
-Bueno, no lo sé. Política ficción. Pero es evidente que el cariz de las negociaciones que haya en Madrid y el Gobierno definitivo, si lo hay, puede marcar... Con un hipotético pacto de PSOE con Ciudadanos [remarca que es «política ficción»] con la abstención del PP e historias de estas sería muy difícil aguantar quizá un gobierno aquí.
-¿Lo han tratado con el PSOE?
-Tenemos suficiente trabajo en cada conselleria como para ponernos a hacer política ficción sobre lo que pueda pasar.
-Pero si sucede, ¿cree que el PSOE podría gobernar con la ayuda del PP en el Consell?
-Bueno, a lo mejor sería una opción, claro.
-¿Preferirían quedar fuera que no aplicar su programa de gobierno por el desenlace político que ocurra en Madrid?
-Depende. Por eso digo que es política ficción. Si hay un respeto total al programa, y se diera este escenario en Madrid [pacto PSOE-Ciudadanos], a lo mejor no acabaría teniendo incidencia. Pero habría que ver hasta qué punto a lo mejor resulta que desde el partido [la dirección estatal de Podemos] se dice: los que tenéis un acuerdo [con el PSOE]... A lo mejor no viene ni por nuestra parte. Es evidente que este momento de ebullición y fricciones políticas cierta repercusión ha de tener por coherencia política a nivel estatal, autonómico e insular.